Con el estómago jodiéndome, como a Strike. Mil crisis se esconden en los bloques, mientras el drama ennegrece aún más la ciudad. Yo apagué las luces para no ver las paredes sangrando por el sueño. Era como aquella vez, sudores de madrugada en el baño hasta el amanecer. Llega el verano como siempre, como el del 92 que no recuerdo, como todos aquellos que sí recuerdo; como el anciano de vuelta a su barrio de siempre, ahora desconocido. En realidad nada cambia, la decadencia es la misma. Como sus risas huecas y estúpidas, como ellos creyendo que llegarán a algún lado, como la chica de los ojos verdes destruida por su infantil inocencia. El verano regresa, sofocante, como las heridas que no cerraste, como la ansiedad que no pasó, como el sudor en la frente y en las manos, ya sea Julio o Diciembre. El calor regresa para secar lo poco que quede en pie, mientras el invierno lo único que hace es inundarlo todo, hasta la altura de tu nariz. Aquí sólo hay asfalto ardiente, manzanas con las esquinas podridas, carreteras en círculo, parques en permanente espera, chavales buscando el sitio más alto desde el que caer, madres llorando en los pasillos del supermercado. Aquí no hay vistas al mar, ni bosques verdes por los que escapar. Aquí, ciudad laberíntica, opresiva, sólo hay crisis escondidas, y drama omnipotente, como este sol de verano, que siempre vuelve.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
SAZ
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE STAR WARS, CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Brutal el texto. Es verano en la ciudad, y nos ahogamos con el humo de los autobuses. No hay mar, ni azoteas, ni una montaña en la que poder gritar todo lo que llevamos dentro.
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