3.21.2012

L.A.

Te he preparado un café y un cigarrillo a medio encender, por si ya no odias el tabaco y su estupidez. Te estoy esperando a los pies de una mesa limpia, de la que he apartado todas las cosas, las lágrimas que alguna vez se dejaron caer, y también todas las canciones que tú no conoces y que escuché cuando tú vivías y yo trataba de aprender a hacerlo.  Te juro que he conocido tantas cosas en todo este tiempo, he hablado con tanta gente, les he observado, he reído junto a ellos, he llorado, y todo lo demás que uno hace cuando pasa el tiempo y no puede detenerlo, sabes de qué hablo, ¿verdad? Y mientras, por momentos, te encontraba, casi fantasmal, entre mis dedos, o como agazapada en la cerradura de mi casa, creía encontrarte reflejada en ese disco viejo tan lleno de polvo que hace saltar la aguja, en ventanas que a un poco de distancia se convierten en espejos, o debajo de las sábanas, esperándome, como si hubieses saltado a la realidad desde el fondo de mis sueños. Al parecer, ha pasado el tiempo, y no te creas, tampoco sé muy bien qué he hecho con él. Ahora te he preparado un café, y tengo tabaco, y palabras e historias que jamás te conté, quiero escucharte, saber qué hiciste tú con todo lo que uno tiene entre las manos cuando escucha los relojes avanzar, quiero que me cuentes quién te hizo daño, quién te defraudó, a quién olvidaste, a quién empezaste a querer, quiero que me expliques cómo lo hiciste para creer, para mantenerte bien en pie, quiero que me hables de las risas que yo no te escuché, y de las lágrimas que no vi y no sequé. Como en aquella canción que seguro no conoces, lo he cambiado todo de lugar. Y te estoy esperando mientras pienso que quizás. Mientras pienso todo lo que casi siempre viene tras un quizás. Y sin embargo, sé que no vendrás, ni siquiera te he llamado. Pero, ¿qué más da? Creo que es lo de menos y que estoy acostumbrado. A veces ocurren las cosas (casi siempre las malas) cuando menos lo esperamos. Creo que te seguiré esperando, hay café de sobra y tabaco en grandes cantidades. Y mientras no vienes, porque en realidad sé que nunca vendrás, te seguiré encontrando, de a ratos, en todos aquellos lugares y rincones cotidianos, en los que nunca hay nada, pero en los que a veces apareces tú, para llevarle la contraria al olvido y a todas las seguridades que trato de construir y mantener en pie, mientras no dejo de fumar y beber café.  



1 comentario:

  1. y sin embargo, todo ese dolor se resquebraja en los huesos, en las esperas, en los silencios, en cada abismo metido en las pupilas y que todo lo mece. y sin embargo, "creo que te seguiré esperando"...

    (muy tierno y bonito, tanto que hiere)

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